Por: Tahira Vargas García
¿Para qué existe la educación?
¿Qué ha generado como consecuencias?
¿Puede la escuela revertir ese rol de la educación?
¿Qué pasa en nuestra sociedad con la relación escuela-contexto social?
Conclusiones
Nuestra escuela independientemente
del nivel, primario o medio, responde a contextos sociales diversos y
complejos. Desde las diferencias territoriales entre regiones, provincias y
municipios hasta las diferencias según el contexto rural o urbano-marginal,
estratos sociales y conformaciones étnicos culturales diversas.
Reconocer el contexto y su
diversidad implica reconocer que el centro educativo no debe estar de espalda
al mismo. Hasta ahora estar de espalda lo único que ha generado son problemas
de calidad, exclusión, deserción y violencia.
La escuela es un espacio cultural
en el que si no se integra y dialoga con su contexto provoca imposición y
dominación cultural, desigualdad, tensiones y conflictos sociales.
La escuela de espalda al contexto
es una escuela triste, “una cárcel”, un espacio donde no existe la alegría, la
creatividad, la espontaneidad, la construcción de aprendizaje ni la recreación
cultural. Un espacio desprovisto de afectividad que genera en sus estudiantes
rechazo y resistencia, muchas veces expulsión y exclusión.
Necesitamos escuelas que se
conviertan en espacios de cambio social hacia una sociedad mas equitativa y
democrática en todos los ámbitos. Esto supone que los centros educativos se
aboquen a integrar la realidad socio-cultural en el que están inmersos y dialoguen
con esa realidad desde todas sus dimensiones y sobre todo dándole el rol
protagonista que deben tener sus estudiantes, niños, niñas, adolescentes y
jóvenes desde sus necesidades, sus saberes y sus miradas al futuro.
Recomendaciones
Necesitamos
escuelas con aulas abiertas en diálogo permanente con el contexto social, la
realidad de la niñez, adolescencia y
juvenil presentes en el mismo. Para ello sugerimos:
- Realizar historias de centro basadas en estrategias investigativas como la Investigación- acción.
- Levantar información en el aula sobre los perfiles y las realidades familiares sociales, económicas y culturales de los/las estudiantes
- Integrar la investigación-acción y otras herramientas investigativas en el proceso educativo cotidiano y de forma continua
- Cambiar los parámetros rígidos de uniformes, peinados y manejo de la apariencia física
- Erradicar las practicas discriminatorias hacia las adolescentes que son madres y/o son activas sexualmente
- Establecer el aula como un espacio de dialogo cultural en el que se motive a niños, niñas y adolescentes a integrar manifestaciones culturales de su contexto en actividades vinculadas a los contenidos curriculares de las distintas asignaturas tanto en básica como en media.
- Utilizar estrategias y herramientas metodológicas que faciliten la problematización sobre la realidad social y el contexto que envuelve a los/las estudiantes.
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